Los fabricantes de productos electrónicos, en busca de ganancias, temen perder cualquier oportunidad y, por lo tanto, están experimentando activamente y creando cada vez más dispositivos nuevos. Ahora la mayoría de los medios solo hablan de las perspectivas de los relojes inteligentes, prediciendo un gran futuro para estos dispositivos. Pero lo más probable es que no haya un gran futuro para estos dispositivos, los relojes inteligentes solo serán necesarios para adolescentes y amantes de las nuevas tecnologías.
Los beneficios reales de los relojes inteligentes son muy dudosos, solo para las personas que participan activamente en los deportes, un reloj de este tipo puede traer algún beneficio. Por lo demás, es solo un accesorio y una adición dudosa a un teléfono inteligente. Además, es importante tener en cuenta que un reloj inteligente como accesorio es un adorno muy por detrás de los relojes tradicionales.
Los teléfonos inteligentes modernos han seguido el camino de aumentar el tamaño de la pantalla durante varios años para que todo se combine en un solo dispositivo: un teléfono, una computadora portátil, un reproductor de música, una cámara, un televisor pequeño, un navegador y, lo más importante, una computadora con muchas aplicaciones y la posibilidad de utilizar todas las delicias de Internet. ¿Y qué pasa con el reloj, qué se puede agregar a la lista de características?
La única ventaja es que el reloj inteligente puede medir su frecuencia cardíaca, la cantidad de pasos y, en base a esto, calcular la actividad aproximada durante el día, como resultado, mostrar la cantidad de calorías quemadas por el cuerpo. ¿Quién lo necesita?
¿Para las mujeres obsesionadas con las dietas y con sobrepeso? ¿Ancianos enfermos? Es dudoso que las personas mayores compren relojes inteligentes por varios cientos de dólares para controlar su pulso, porque las personas mayores tienen mucho tiempo y usan dispositivos que miden la presión arterial y la frecuencia cardíaca varias veces al día.
Los fabricantes de productos electrónicos deben pensar en las tareas realmente importantes; por ejemplo, crear baterías de mayor capacidad y tamaño pequeño para garantizar el funcionamiento de sus dispositivos durante al menos 3-5 días sin recargar. Pero, en cambio, gastan recursos en la creación de un nuevo dispositivo que se promociona y publicita activamente para convencer a la gente: ¡solo necesita comprarlo!
A las personas se les enseña a través de los medios de comunicación y varios anuncios que simplemente necesitan estas horas, por lo que muchos seguirán gastando en un dispositivo inútil.
Los relojes inteligentes no podrán acomodar todas las funciones de los teléfonos inteligentes y reemplazarlas. Solo pueden complementar el teléfono inteligente con un monitor de frecuencia cardíaca. El reloj tiene un gran inconveniente, tiene una pequeña pantalla, desde la cual es difícil percibir textos, fotos y más aún videos.
Quizás en el futuro, cuando los dispositivos aprendan a proyectar información directamente en la conciencia, el tamaño de la pantalla no será importante para un dispositivo universal, pero mientras los teléfonos inteligentes sean cada vez más grandes y no haya alternativas reales.
Conclusiones: los relojes inteligentes con sus capacidades actuales son un juguete inútil y no el accesorio más bonito que nos quieren imponer para retirar varios cientos de dólares.
Los productores necesitan excitar los deseos de los consumidores y obligarlos a gastar, que es en lo que se basa el modelo económico actual.