A primera vista, las joyas no son prácticas, pero si miras la esencia misma de este mundo, las joyas son útiles. A través de la joyería, las mujeres pueden enfatizar su estatus, poder y ser más seductoras. Las joyas también pueden convertirse en una pasión y un objeto de colección, a veces una inversión inteligente, y algunas joyas tienen un valor histórico y cultural.
En los museos, hay una gran cantidad de joyas con una gran historia, desde joyas antiguas del siglo XX hasta antigüedades reales: el oro de los escitas, hunos y tesoros Antiguo Egipto.
Las pinturas de artistas te permiten ir aún más lejos y ver completamente las imágenes de mujeres del pasado lejano, cómo se combinaban y usaban joyas. Es una lástima que no todo haya sobrevivido hasta nuestros días, especialmente pocos retratos de la Edad Media. Por lo tanto, tendrás que admirar las pinturas posteriores.
Al mirar las imágenes de mujeres que se han ido a otro mundo hace mucho tiempo, piensas en su vida y en su tiempo. ¿Cómo vivían las mujeres hermosas y ordinarias, ricas y pobres de épocas pasadas, con qué soñaban, a quién amaban y eran felices? Al mismo tiempo, traza paralelismos con nuestro tiempo.
Me pregunto qué impresión tendrían nuestros descendientes si tuvieran a su disposición únicamente obras de arte contemporáneo, sin fotografías e información en medios digitales. ¿Qué podríamos decir nosotros mismos de las mujeres de la primera mitad del siglo XX si no tuviéramos fotografías y muchos videos digitalizados, sino solo imágenes de Salvador Dalí y Pablo Picasso?
¿Por qué las pinturas de Salvador Dalí y Pablo Picasso son tan diferentes de las de maestros anteriores? Sobre este tema, se puede hablar mucho y filosofar sobre una visión especial del mundo, que es característica de los artistas reales, sobre nuevas técnicas de pintura y una nueva realidad, pero se puede encontrar otra explicación. Cuanto más se aleja el artista de Dios y de la naturaleza, más distorsiona las imágenes de las personas, las cosas y la naturaleza en sus obras.
Por tanto, el trabajo de los artistas es hasta cierto punto una prueba de fuego, gracias a la cual podemos comprobar nuestro estado de ánimo. Si admiramos obras donde se elogia la belleza tradicional de la mujer y la naturaleza, el estado es uno, pero si nos deleitamos con imágenes distorsionadas, el estado es completamente diferente.
El artista ha alcanzado el más alto nivel en el arte y su obra nos brinda una inmersión total en la perfección estética.