Cosmética radiante y radiactiva al servicio de la belleza
Principios de la década de 1930
industria de la belleza ha creado quizás los cosméticos Tho-Radia más increíbles. La línea de cosméticos Tho-Radia era muy diferente de otras ofertas en el mercado, todos los productos contenían una cierta proporción de aditivos radiactivos, a saber, el propio elemento radiactivo radio.
En aquellos días, al radio se le atribuían propiedades milagrosas, incluso se lo comparaba con la piedra filosofal. Apareció el Centro de Radium Therapy, donde se distribuyó el folleto "Salud con Radium", que decía que el radio tiene un gran futuro en la medicina y muy pronto los medicamentos basados en este maravilloso elemento nos permitirán vencer muchas enfermedades sin la ayuda de operaciones y médicos. .
Los propios médicos también intentaron tratar a los pacientes con radiación, se creía que la radiación era especialmente efectiva en la lucha contra el cáncer.
Cosmética radiactiva Tho-Radia
Las cualidades del radio se destacaron en las campañas publicitarias de la crema radiactiva: “Los científicos descubrieron un secreto de belleza revolucionario cuando descubrieron el radio. Restaura y revitaliza. Este es un verdadero tesoro para la piel y el cutis ”.
Los cosméticos radiactivos Tho-Radia prometían mantener la piel limpia y saludable. Se suponía que el cloruro de torio y el bromuro de radio contenidos en estos productos activaban los procesos en las células, suavizaban la piel de las arrugas y eliminaban los defectos menores.
La publicidad moderna no promete menos, pero aún más. Solo que ahora estamos convencidos de que lo sabemos todo, y no tan estúpidos como nuestros antepasados hace 100 años. Por supuesto, la ciencia y la tecnología han avanzado mucho, pero hay muchas cosas en el cuerpo humano, en la tierra y en el universo que nuestra ciencia ni siquiera ha comenzado a explorar. Por tanto, en el futuro nos esperan muchos descubrimientos y decepciones.
Ahora todo el mundo habla y escribe sobre experimentos genéticos, robótica, nanotecnología y una amplia variedad de innovaciones diseñadas para mejorar nuestras vidas. Creemos en las tecnologías modernas, pero cuando hablamos de radiación y radiactividad, sentimos peligro e incluso miedo. Aunque hace menos de 100 años, la radiación no causaba miedo.
En la primera mitad del siglo XX, la radiación no parecía ser un enemigo, sino un amigo del hombre, una fuente de salud y belleza. Es muy posible que pasen otros 20-30 años, y muchos de nosotros aprenderemos que algunas tecnologías o componentes de principios del siglo XXI resultaron no menos dañinos que la radiación. Y entonces los carteles publicitarios de nuestro tiempo lucirán tan salvajes como estas bellezas que brillan con radiación, que renunciaron a su salud en la lucha por una belleza fugaz.