Las discotecas se consideran un lugar para relajarse, pero de hecho, después de visitar estos establecimientos, necesitamos mucha relajación real. En las discotecas nos divertimos, escuchamos música, bebemos, bailamos y tratamos de comunicarnos. Estamos tratando de comunicarnos, ¡porque la comunicación normal en una discoteca es imposible!
La música suena en los clubes nocturnos, o mejor dicho, obstruye todo lo demás. Parece que da diferentes emociones, una carga de energía e impresiones vívidas, pero de hecho, una música tan fuerte, combinada con efectos de luz, nos recompensa con el estrés. Nosotros mismos no lo notamos, pero visitar discotecas agota nuestro sistema nervioso y nos da un estrés que se acumula de visita en visita.
Resulta que tratando de relajarnos después de una semana de trabajo o escuela, no descansamos y no aliviamos el estrés acumulado, sino que nos complicamos la vida. Y si le agregas alcohol, cigarrillos y narguile ...
Es mucho mejor dar un paseo con cámara el viernes o sábado, luego ir al cine o un museo, y luego ir a un restaurante acogedor con buena cocina, donde, además de nuevos platos inusuales, puedes mantener un interesante conversacion.